Ana María Moreno Pérez
Nació en Raudales Mal paso Chiapas, 1972.
El poema es un pájaro dormido,
despierta si lo acaricia una mirada,
y surca el suspiro en la melodía de tu voz.
***
- Burbuja
Burbuja prisionera, mi espíritu.
Ojos, luciérnagas noctámbulas.
Manos, cadenas en la tinta.
¡Vuela!, ave alma, sé aire en lecho de laguna,
y entre andenes de burbujas acaricia el sabor
[del durazno,
saborea el perfume,
exhala el tacto de la lluvia,
percibe la alborada.
¡Libértate paloma plateada!
aletea fulgor en el vuelo de la luna,
y cómprate un broche de sol para pintar las
[cuevas impenetrables
que habitan el sentido de la razón.
Atraviesa las murallas del tiempo dentro de la
[aurora,
vuela las vías de colores,
galopa sobre el viento en oleaje de suspiros
y pinta de matices el delirio de la pasión
que rompe las cadenas del universo.
- Oasis
(Dedicado a mí esposo)
Eres oasis que tiñe de vida el vacío inerte.
Firmamento que navego con alas de espuma.
Visito tus confines, te conviertes en agua,
corres por mis entrañas, apagas mi sequía.
¡Florece mi existencia!
Amarte es disfrutar de una fragancia deliciosa,
hurgar en los colores,
pintar mi destino en sueños, letras, poesía,
y romper en aleteo los límites
que delinean el dique de la pasión.
Es sentir la suavidad de un suspiro,
y la fragilidad de una mariposa
en la suave humedad de tus besos.
Es acariciar el infinito,
caminar entre los astros y poseer luz propia.
¡Brillar juntos en nuestro universo!
- Espejo
El tiempo es un espejo herido,
que trasluce al negro pájaro errante
cantando al son del sol y la luna.
Lluvia de lágrimas abre brecha en el campo,
entre las nubes y el horizonte marchito de pétalos incendiados;
la vela torcida sobrevive y delinea sin sentido
el céfiro metálico de la existencia vacía.
- La lluvia
Cae la lluvia como gotas afiladas en el jardín cubierto
[de zarzas,
mientras un pálido lirio soporta estoico el dolor,
firme en su debilidad, apacible en su pasión, desbordante en su fragancia que anega a la zarza
[envidiosa.
La lluvia le golpea tal ráfaga de agujas inclementes
que sacuden su frágil cuerpo.
Monstruos nocturnos lo atrapan en su bufo,
la noche le oprime con su manto lóbrego,
fauces afiladas torturan los suaves pétalos
que el dolor fortalece.
La lluvia pasa,
y el apacible lirio resplandece,
opacando los aguijones de la zarza
que se retuercen celosos de la belleza plácida.
Perfuma a los rayos bruñidos que iluminan al día
y sonríe, sonríe con la fuerza de su esencia.
- La mesa presumida
eso suponía por la pata chueca
sucedió que la muy presumida
de servir a su ama se sintió aburrida
por lo que decidió fingir jaqueca.
¡Oh, que mesa más delicada!
Exclamó su ama muy asustada
al doctor habrá que llamar
ojalá no vaya a tardar
pues se le ve muy angustiada.
¿Dónde te duele?, pregunta el doctor
¡ay! creo es muy grande el dolor
inicia en la cabeza, termina en mis patas
casi ya no veo, ¿tendré cataratas?
¡cúreme pronto!, se lo ruego doctor.
Un carpintero necesita
de paso una buena pintadita
las patas se le deben enderezar
con clavos, excelente va a quedar
para la cena, estará más que lista.
Pero ¿qué le pasa querido doctor?
yo tengo muy buen color
si mis patas están chuecas
es por mis legendarias raíces suecas.
Así que ¡márchese!, por favor.
¡Ah!, mesa tan atarantada
mira que sentirse agraviada
por aconsejarle una pintadita
que la dejaría más bonita
y le quitaría lo anticuada.
(Basado en el documental el “Legado” de Meztly Vianey Suárez Mc-liberty)
¡Vestigio de los mayas subsiste en las piedras!
La mirada del chamán
refleja la sabiduría otorgada
por los ancestros.
Son sus ojos retratos del tiempo,
donde se revela el futuro desolador
para el tesoro que honra.
El fulgor amarillo es opacado por la aridez
[del campo,
son ya muy pocas manos
que labran la tierra,
pero el alma blanca no se vence;
siembra ritos y la lluvia se desgrana bajo el sol
mientras el silbido del Balam viaja a través
[del espacio multiplicando la milpa.
El tiempo se agota,
la juventud refuta las creencias antiguas,
la practicidad forma parte de ella
y el modernismo la ha invadido,
despojándola de identidad.
Lo etéreo, lo incorpóreo,
es sólo aire,
¡no existe!
¿ y quién será ahora el depositario de secretos
[benéficos?
El cuerpo marchito vive la espera del final,
la espera de esa hora,
en que el chamán tendrá que marchar.
La herencia de los ancestros
partirá con el silencio de una lengua olvidada
de la que sólo quedan vestigios entre las piedras
y entre los surcos del rostro luminoso que trabaja bajo
[el sol
con su eterna compañera, grácil, bella, cantarina,
entre los granos de oro;
que agradecidos
sonríen por darle un motivo a su existencia.
- Bálsamo azul
Mar, bálsamo azul, acaricias pausado, quedo,
con la seda refrescante de tu piel,
humedeces y retrocedes,
con calma desnudas tu playa
y mi cuerpo se disuelve en tus entrañas.
Los albatros ondean con tu brisa celeste
y te reciben con júbilo.
Las olas quebrantan el peñasco,
lastiman,
recrudecen el dolor sangrante de mi agónico amor
que palpita en lo más recóndito de mi océano.
- Mar apacible
El mar apacible,
tenue,
cálido,
asemeja los brazos de la madre
que alivia el llanto de un niño en la cuna,
se aleja sutil,
suave como la ola,
sin permitir que se sienta su lejanía.
El niño duerme
con la calma del beso en la frente,
sonríe,
saborea la leche materna en su sueño
y el mar lo abraza,
invadiéndolo con la frescura de un beso.
Aves marinas cantan un arrullo en el sonar del oleaje,
se refresca el alba
y la playa se convierte en sábana que abriga al niño.
La marea toma fuerza,
se estrella en la roca.
La fatalidad se vislumbra en el horizonte,
el dolor de la madre se pinta.
El niño creció,
y la tormenta atrapa a su corazón,
un tornado bulle en sus adentros
que lo aleja de la playa
que lo separa de los brazos que lo aman,
sus oídos están sordos, camina hacia la nada…
y de pronto la brisa se posa en su rostro,
el sol acaricia su tez,
el murmullo de amor penetra en sus oídos
acariciándolo con la suavidad de una ola
que semeja los brazos amorosos de una madre,
mientras el cielo resplandece en su sonrisa.
- Negro vacío
El negro del vacío revive fantasmas,
atrapa en el silencio palabras inertes,
acciones nefastas, pensamientos fétidos.
¡Caverna mortuoria!, refugio de oscuridad, así eres,
[ silencio…
Eres oxido en el destierro de una casa perdida en el
[llano desértico,
¡asesino del color!
cómplice de la sombra distorsionada y opaca.
Murmullos de olas agonizan en tu acantilado
el pensamiento envejecido guarda tu imagen
debilitando el suspiro y el palpitar de la pasión.
- Una lágrima
Una larga lágrima de azules
resplandece bajo el destello de luz.
Lágrima azul turquesa,
lienzo de nubes embellecen tus profundidades
mientras te perfumas de orquídeas.
La humedad de tu frescura
vivifica el entorno,
y en tus ondas añiles la brisa se pasea .
Larga lagrima de frescos azules,
engalanas la fantasiosa inspiración del poeta
que navega en tu suave vaivén azulino.
Como blancos pañuelos de paz,
las gaviotas surcan tu cielo
mientras me sumerjo en tu cuerpo.
- La Vaquita
(Jitanjáforas)
En el establo la vaquita flacala
pasto comiaba, mientras
Pancholo ordeñaba la ubrealla
para venderla en la ciudalla.
¿Qué se a creiba?, panzaba
la vaquita flacala, mientras
urdiaba un plan que educare
para siempre a Pancholo.
Panzaba, Panzaba y seguiaba panzambo
entoces penzobo en darle un pataón,
que mandó a Pancholo de un zapatón,
dentro la olla de leche del patrón.
¡Quedando blancallo como turrón!
- Extravío
Soneto
Percibo tu presencia aquí a mi lado,
evoco tu mirar pleno en pasión;
revivo tu amor, cauta confusión
que urge en mis labios tu beso anhelado.
Sueños, risas que no las he olvidado,
en mí eternizan mágica ilusión,
me arremeten con gran disposición
en el momento menos indicado.
Me extravío en mi sueño acogedor
sin razonar que tú me eres prohibido
y me venzo en dolor abrazador.
De saber, doblemente te he perdido;
se levanta el verdugo acusador…
¡Me recrimina, haberte yo querido!
- Languidezco
Soneto
En amargo destierro languidezco
por palabras de aliento… por un beso
que deseo sedienta lo confieso,
ya que sólo en tus brazos yo florezco.
¡Terrible desazón por ti padezco!
mi pobre corazón triste y confeso,
espera resignado su deceso,
pues lejos de tus brazos, yo perezco.
Las estrellas rehúsan fulgurar,
en la oscuridad muero sin tu amor,
y me hundo en el tormento de este arar.
Violento empecinado desamor
que me hiere sin poderlo yo parar
perdida en las entrañas del clamor.
**Haikús**
Mariposas
Las mariposas,
pétalos perfumados;
jardín aéreo.
Solidaridad
Fila de hormigas
trabajan solidarias:
prosperidad.
Lluvia
Cae la lluvia,
en pedazos se quiebra
el cielo azul.
Hojas
Las hojas secas,
espíritus en pena,
vagan sin fin.
Rocío
Es el rocío
néctar cristalino;
vaho de Dios.
vaho de Dios.
Garzas
s
Llegan las garzas;
oscila en las alturas
lienzo de paz.
Sonrisa
Es la sonrisa
ternura cantarina,
al alma triste.
Consuelo
Sol reluciente;
reavivas consuelo
en las tinieblas.
Penas
La flor marchita;
penas acumuladas
en rostro afable.
Caricia
Céfiro suave,
apacible caricia;
materna unión.
Amor
La pasión vive
a pesar de los años;
¡amor eterno!
**Tankas**
Apacible
Si el viento pasa
y espinas le lastiman
en el camino,
las ignora apacible
sigue sin detenerse.
Madre
Cuna tus brazos,
capullo tus entrañas,
brindas ternura
y calmas el dolor
que tortura a mi ser.
Sol
Alas de viento
sueños de fantasía;
reluce el sol
en la tierna mirada
del hijo bien amado.
- Ojos bizcos
Tus ojos bailan danzón
las cuencas se tornan pistas,
se cuelgan de tu nariz
y parecen contorsionistas.
Llegan a tus molares
ejecutan el paso del bizco,
tañen la campanilla y la
lengua sufre un mordisco.
Se deja escuchar un vals
a tus ojos les da igual,
sobre las teclas molares
bailotean al compás.
Se precipitan por las cuerdas
vocales, se escucha el saxofón,
repiten el paso del bizco
y se contonean con pasión.
- Para ti…
Mamá, eres el ángel de mi existencia,
ilusión tus voz
y alimento tus entrañas
que nutren savia de amor a mis venas alimentando
la semilla de mi ser.
Escucho tu cantar en el silencio acompasado de
[suspiros
que marcan el ritmo de tu corazón,
y reconozco en ellos la inmensidad de tu cariño.
La ternura fluye de tu alma
como rio calmo e inunda mis sentidos.
Los meses transcurren en el palpitar de un ave,
en el sonido dulce de tu nombre
y en la caricia de tus palabras.
Eres la luz que ilumina los días,
la esperanza que pinta mis estrellas,
la mano que me saluda en el trascurrir de tu vientre
y el corazón que me hace respirar.
**Epitafios**
Sonríe
No llores, ¡sonríe!,
que el sol brilla,
y si acaso llueve,
es que estoy alegre.
Para recibirte
¡No te abandono!
sólo me adelanto
para recibirte con cantares y loas.
Y si en algún momento el peso de la ausencia
hace mella en ti,
búscame en la rima de mis versos
en la huella de mi pluma
y en la sonrisa de tus labios.
Huella
Entre el perfume de las flores,
el brillo de la luna y el cantar del cenzontle;
dejo huella de mi esencia,
del dulce caminar
en una página en blanco.
- Ninfas
Ninfas iluminan la ilusión del poeta
y matizan de colores el sabor campestre
que sustenta el capullo vital.
Brindan perfume de estrellas a su paso,
resplandor al canto de rocío en aleteo de páginas virginales.
Inspiradoras de líneas al péndulo de la pluma celestina,
sonrisa de luciérnagas doradas
labradoras de brillantes en la cama.
Universo de palomas,
rosas blancas, mensajeras de primaveras aleteadas.