Alejandra Canto Mac
A Ella
Sed de lirios, olas blancas, barco en tu puerto, playas toscas, vanas;
Enredadera en mí hastío, llévame a la copa más frondosa, hazme nido,
Cúbreme de hojas, todas verdes, verdes; vuelve el verano:
Caliente, frío, calor, de nuevo frío, menopausia; sed de abrazos,
Enlazarme a sus faldas, eso quisiera, ella mi maestra me enseñó
a cantar poemas,
Que de charlas, que de juegos, lara, lara, lara, esta es una laguna,
Somos patos que en ella nadan, nadan, sed inagotable.
Fiel cobijo, sólo el de mi sábana, ¡Sudario de Cristo!
¿Qué roca habrá de cubrir mi cuerpo?
Quiero rezos alegres, mis cenizas perderse en el viento,
Deseo volver al polvo, regarme mar adentro.
Sólo ésta sed tengo.
Ultima Mirada
Miré la cama sola, triste, tiene ojos de gato huraño;
días de angustia, incertidumbre.
Voces lejanas, antiguas, sonrisas infantiles, coros alegres,
Creo mirarlos brincando sobre la cama, incontables risas.
Miro el alumbramiento de mi Madre,
quejidos anunciando vida; paso a lo incierto,
Igual a un gato curioso, tus pasos se alejan, te marchas.
Poso mi vista en tus arbustos, te pierdes en ellos, me parece mirarte
Entre tus flores blancas, con olor a yuca, a miel y a albahaca.
Sé que he de mirarte de nuevo, cubierta de suave franela,
Siento el olor de tu cuerpo, jazmín suave como de atardecer,
Tu aroma se incrusta en mis poros, tu olor de Madre Santa.
Aún escucho tus charlas, con olor a hicaco en almíbar,
Aún escucho el roce de tus pantuflas en el cuarto,
Aún el recuerdo de tus reprimendas me atan,
Recuerdo hostil; realidad la de mi duelo.
Sé que he mirarte un día, en el día del mañana, En tu casa del cielo;
Sé que un día éste dolor se irá de mi alma.
Una larga lágrima de siete azules
Siete lunas invertiste en marcharte, hacia la nada, hacia un todo,
Fueron lágrimas de azul profundo, palabras con un solo sentido,
Una lágrima por cada año que me diste.
¿Porqué llorar en mar abierto?
Eres luna, lágrima azul, ser infinito.
¿Porqué llorar en mar abierto?
Invierte sólo una larga lágrima de siete azules para el olvido.
Avalancha
Nadar, tocar, bucear, leer, escritura, tortuga, lentitud, sapiencia, alegría, tortuoso, vago, dolor, agua, sed, rascacielos de arrecifes, pez volador, tortuga volando sobre rocas, no te bañes en aguas turbulentas, libera el nudo en que te mueves, nadie vaciará tus nidos, corre, corre, hoy eres libre, hoy tu voz se escucha, emerge. Día nublado, sol del anochecer, tortuga vanidosa, todos quieren verte, todos te soportan, eres necesaria en el agua, también en la tierra. No pares continúa en tus hazañas, siempre ligera, grácil cual cierva. Dios te quiere en todas las lunas, también en las veredas de arena, aquí están tus nidos, aquí dejas huellas. Aquí yaces, sueñas, aquí eres tortuga, tortuga eterna.
No el Amor, la Muerte es quién nos dicta.
Quién en un beso entrega Amor, habría de hacerlo en toda oportunidad, antes de pasar la hoja irremediable del tiempo. (Epígrafe)
Así surge, aún en un instante: Ella, la inevitable, nos visitará sin desearla. ¡Ho Muerte!, única verdad, verdad absoluta de la vida. Cuánto dolor causas. ¿Acaso gozas de envidia por el dolor ajeno? O ¿es acaso dolor de gozo para ti la envidia?
Envidias mirándonos alegres, envidias como nuestros cuerpos se tocan, Amándonos.
Pobre sola y lastimera muerte, aunque te has llevado lo que más amaré en ésta vida, ¡Yo te perdono! Sé que vendrás algún día, No para el Amor, sino para la Muerte, porque es la Muerte quien nos dicta llamarte para llevarnos.
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